martes, 26 de noviembre de 2019

YO, MI, ME, CONMIGO, POR MÍ, CONCHA, Y POR MI CONCHA... Concha Piquer. El Pardo, un 18 de Julio de 1.953, por la tarde, ante Franco.


Concha Piquer, quizás mejor Doña Concha Piquer, era una gran cantante y una de las mayores representantes de la copla en el mundo. De origen valenciano pero ciudadana del mundo y triunfando con su arte y su temperamento por todas partes, con sus coplas, sus películas, su carácter y su pasión contagiosa. Quizás por eso pensaba con frecuencia “Yo, mi, me, conmigo, por mí, Concha, y por mi concha...”, éste último término por su significado argentino sobre los atributos genitales femeninos...


Son famosas sus transgresiones a la moral tradicional debido a su relación con la farándula. 

Como la primera conversación que cruzó con Rafael León en el teatro Lope de Vega (antes Teatro de la Exposición) de Sevilla donde, tras acabar su actuación, éste acudió a su camerino y se presentó para saludarla:



    - ¿Es usted Conchita Piquer?
    - ¿Y usted es maricón?
    - ¿En que lo ha notado?
    - En la gorra.


No siendo esta presentación problema alguno para ser inseparables profesionalmente a lo largo de sus vidas, junto con Quiroga y Quintero, componiéndole, entre los tres, la mayoría de sus exitosas y populares canciones.

Según Doña Concha, sólo servía para cantar y cuando cantaba levantaba pasiones con su genio y su pasión contagiosa.

Mujer valiente que siempre hizo lo que le dio la gana en todas las épocas, por duras o intransigentes que fueran, “por mi concha”...
Entre todos los países en los que actuó, fue en Argentina donde su nombre era bastante singular, por el significado local de la “Concha”, cosa que no quiso cambiar bajo ningún concepto.





Es curiosa la anécdota que protagonizó con el dictador Franco, muy fan de Doña Concha, cuando el 18 de Julio de 1.953 fue invitada al Pardo a cantar junto con otros artistas, cuando, después de la actuación de todos los canantes, Franco se le acercó y le dijo si no le importaría cantar de nuevo “Ojos Verdes”, a lo que Concha, se acordó de su pensamiento favorito y le respondió:

    - Lo siento pero “por mi concha” (recordando su etapa argentina) que en este precioso momento me dispongo a merendar y que si quiere escucharme de nuevo en esa canción le reservaré un palco en el teatro donde actúo y no tendré inconveniente en complacerle.

Franco, entendió realmente “Por mí, Concha” y le respondió:

    - La entiendo, siendo como es usted, “por sí misma”, llegará muy lejos.

Y ahí quedó todo, gracias a Dios.


Mientras redactaba este post, escuchaba Ojos Verdes de Concha Piquer, ¡como no!.



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