Allá por 1.932 Alber Eisntein fue invitado a dar una conferencia ante la Liga Alemana por los Derechos Humanos. Mientras subía al estrado para dar su discurso, tropezó con una de los clavos que sujetaban el peldaño a la estructura sufriendo un importante desequilibrio que casi le lleva a darse un morrazo contra los peldaños superiores, con grave riesgo de haber perdido algun apieza dentaria. En ese justo momento, y mientras rápidamente recuperaba el equilibrio pensaba "Joder, que tropezón más tonto", que sin quererlo seguro que influyó sobre algunos puntos del discurso que iba a dirigir a los privilegiados concurrentes.
Mientras se acercaba al escabel del púlpito iba pensando un poco más sobre el desagradable incidente acordándose de la madre del que le remitió la invitación a dar la conferencia, si bien el enfado iba menguando conforme subía a la tarima y se ponía los espejuelos (anteojos, gafas, lentes ) para leer las notas que traía para el discurso, mientras meditaba sobre su accidente, comenzando así:
"Nuestra situación sobre este planeta parece muy extraña... (...anda que la presentación que iba a dar con el tropezón... ) cada uno de nosotros aparece aquí involuntariamente... (...porque si me llego a romper los piños, vaya careto que hubiera presentado al público... ) ...y sin invitación para una corta estadía... (...es que no puede uno ir a locas por el mundo,...) ...sin saber los porqué ni los adónde... (...sin saber los porqué ni los adonde...)"... continuando así su famoso discurso (se puede leer y escuchar con los enlaces inferiores).
Y es que Albert Eisntein, al igual que todas las mujeres y unos pocos grandes hombres, era capaz de hacer dos tareas diferentes simultáneamente: seguir con sus pensamientos y declamar su discurso con énfasis.
Poco a poco continuó tranquilizándose y olvidando su tropezón, hasta terminar su discurso que quedó para los anales de la historia como una auténtica declaración de intenciones sobre el antimilitarismo y el pacifismo de lo cual, Albert Einstein, era un auténtico abanderado.
Recomiendo (ya en serio) leer el discurso completo de Albert Einstein, gran científico y probablemente extraordinario filósofo y mejor persona.
Y a continuación mi particular demostración de la ecuación de la energía (donde m = masa del universo, c= la velocidad de la luz y 2 es un dos).
Enlaces:
http://www.einstein.unican.es/
http://atinachile.bligoo.com/content/view/4277/Reflexiones_Sobre_el_Amor_a_la_Patria_Albert_Einstein.html
Discurso:
http://monocordio.blogspot.com/2010/01/nos-pasan-cosas-en-la-vida-que-rompen.html
Audio:
http://www.einstein-website.de/z_biography/e_sound_credo_1932.html
Y un poquito de musica con los geniales "Muyayos de Raïz":
Mientras se acercaba al escabel del púlpito iba pensando un poco más sobre el desagradable incidente acordándose de la madre del que le remitió la invitación a dar la conferencia, si bien el enfado iba menguando conforme subía a la tarima y se ponía los espejuelos (anteojos, gafas, lentes ) para leer las notas que traía para el discurso, mientras meditaba sobre su accidente, comenzando así:
"Nuestra situación sobre este planeta parece muy extraña... (...anda que la presentación que iba a dar con el tropezón... ) cada uno de nosotros aparece aquí involuntariamente... (...porque si me llego a romper los piños, vaya careto que hubiera presentado al público... ) ...y sin invitación para una corta estadía... (...es que no puede uno ir a locas por el mundo,...) ...sin saber los porqué ni los adónde... (...sin saber los porqué ni los adonde...)"... continuando así su famoso discurso (se puede leer y escuchar con los enlaces inferiores).
Y es que Albert Eisntein, al igual que todas las mujeres y unos pocos grandes hombres, era capaz de hacer dos tareas diferentes simultáneamente: seguir con sus pensamientos y declamar su discurso con énfasis.
Poco a poco continuó tranquilizándose y olvidando su tropezón, hasta terminar su discurso que quedó para los anales de la historia como una auténtica declaración de intenciones sobre el antimilitarismo y el pacifismo de lo cual, Albert Einstein, era un auténtico abanderado.
Recomiendo (ya en serio) leer el discurso completo de Albert Einstein, gran científico y probablemente extraordinario filósofo y mejor persona.
Y a continuación mi particular demostración de la ecuación de la energía (donde m = masa del universo, c= la velocidad de la luz y 2 es un dos).
Enlaces:
http://www.einstein.unican.es/
http://atinachile.bligoo.com/content/view/4277/Reflexiones_Sobre_el_Amor_a_la_Patria_Albert_Einstein.html
Discurso:
http://monocordio.blogspot.com/2010/01/nos-pasan-cosas-en-la-vida-que-rompen.html
Audio:
http://www.einstein-website.de/z_biography/e_sound_credo_1932.html
Y un poquito de musica con los geniales "Muyayos de Raïz":