domingo, 19 de diciembre de 2010

"JODER, QUE TROPEZÓN MÁS TONTO". Albert Einstein mientras subía al estrado para pronunciar su famosa conferencia "Mi credo" ante la Liga Alemana de Derechos Humanos, Berlín, en el otoño de 1932.

Allá por 1.932 Alber Eisntein fue invitado a dar una conferencia ante la Liga Alemana por los Derechos Humanos. Mientras subía al estrado para dar su discurso, tropezó con una de los clavos que sujetaban el peldaño a la estructura sufriendo un importante desequilibrio que casi le lleva a darse un morrazo contra los peldaños superiores, con grave riesgo de haber perdido algun apieza dentaria. En ese justo momento, y mientras rápidamente recuperaba el equilibrio pensaba "Joder, que tropezón más tonto", que sin quererlo seguro que influyó sobre algunos puntos del discurso que iba a dirigir a los privilegiados concurrentes.

Mientras se acercaba al escabel del púlpito iba pensando un poco más sobre el desagradable incidente acordándose de la madre del que le remitió la invitación a dar la conferencia, si bien el enfado iba menguando conforme subía a la tarima y se ponía los espejuelos (anteojos, gafas, lentes ) para leer las notas que traía para el discurso, mientras meditaba sobre su accidente, comenzando así:

"Nuestra situación sobre este planeta parece muy extraña... (...anda que la presentación que iba a dar con el tropezón... ) cada uno de nosotros aparece aquí involuntariamente... (...porque si me llego a romper los piños, vaya careto que hubiera presentado al público... ) ...y sin invitación para una corta estadía... (...es que no puede uno ir a locas por el mundo,...) ...sin saber los porqué ni los adónde... (...sin saber los porqué ni los adonde...)"... continuando así su famoso discurso (se puede leer y escuchar con los enlaces inferiores).

Y es que  Albert Eisntein, al igual que  todas las mujeres y unos pocos grandes hombres, era capaz de hacer dos tareas diferentes simultáneamente: seguir con sus pensamientos y declamar su discurso con énfasis.

Poco a poco continuó tranquilizándose y olvidando su tropezón, hasta terminar su discurso que quedó para los anales de la historia como una auténtica declaración de intenciones sobre el antimilitarismo y el pacifismo de lo cual, Albert Einstein, era un auténtico abanderado.

Recomiendo (ya en serio) leer el discurso completo de Albert Einstein, gran científico y probablemente extraordinario filósofo y mejor persona.

Y a continuación mi particular demostración de la ecuación de la energía (donde m = masa del universo, c= la velocidad de la luz y 2 es un dos). 



Enlaces:
http://www.einstein.unican.es/

http://atinachile.bligoo.com/content/view/4277/Reflexiones_Sobre_el_Amor_a_la_Patria_Albert_Einstein.html

Discurso:
http://monocordio.blogspot.com/2010/01/nos-pasan-cosas-en-la-vida-que-rompen.html

Audio:
http://www.einstein-website.de/z_biography/e_sound_credo_1932.html

Y un poquito de musica con los geniales "Muyayos de Raïz":